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¿Existen las grasas sin calorías?

¿Existen las grasas sin calorías? 240 245 Miguel A. Lurueña
Como sabrás, las grasas contribuyen notablemente al sabor de los alimentos, lo que explica que, en general, la comida guste más con aceite que sin ella. Lo que ya no suele gustar tanto, por aquello de mantener la línea, es su elevada densidad calórica (9 kcal/g), así que muchos sueñan con la existencia de aceites sin calorías… y esto es precisamente lo que prometen o insinúan algunos productos que existen en el mercado. Pero ¿es algo realmente posible o nos están engañando? A continuación veremos seis de estos productos y si realmente son lo que parecen ser…

1. Aceite de oliva La Masía 0,0

El primero de los productos de nuestra lista es quizá el más desconcertante. De hecho, cuando lo vi por primera vez no supe muy bien por dónde iban los tiros…

En el etiquetado se puede leer: «Aceite de Oliva La Masía 0,0. Tus fritos con un 50% menos de aceite. Especial frituras. Dura más». Oleomasía S.A., Sevilla, España.

¿Qué te parece? Es obvio que el etiquetado de este aceite guarda parecidos más que razonables con el de la cerveza San Miguel 0,0 así que, por asociación de ideas, lo primero que podemos pensar es que si el «0,0» de la cerveza se debe a su ausencia de alcohol, el «0,0» del aceite podría deberse a su «ausencia de grasa», o quizá a su «ausencia de calorías».

Sin embargo, eso no tiene sentido alguno. Recuerda que se trata de ‘aceite de oliva’, (denominación legal para designar la mezcla de aceite de oliva refinado y aceite de oliva virgen o virgen extra), así que eso de que no contiene grasa es casi como decir que el hielo no contiene agua, por poner un ejemplo; vamos, que no es posible. Y con respecto a las calorías, sucede algo parecido: tampoco tiene sentido eso de que el aceite de oliva no aporta energía, ya que en realidad aporta 9 kcal/g (y de hecho, así se muestra en el etiquetado de este producto).

En el etiquetado del aceite La Masía 0,0 se puede ver que 100 ml aportan 824 kcal (es decir, unas 9 kcal/g). También se aprecia su composición: aceite de oliva refinado y aceite de oliva virgen extra.

¿A qué se refiere entonces ese «0,0»? ¿Quizá a que contiene menos de un 0,1% de aceite de oliva virgen extra? ¿Quizá a la acidez? ¿A algún otro parámetro? Tras una infructuosa búsqueda de información que pudiera aclararme este misterio, no me quedó más remedio que preguntar directamente a la propia empresa que produce este aceite, desde donde me respondieron amablemente lo siguiente: «El ‘0,0’ es una marca registrada que trata de evocar las características del producto en la fritura ya que los fritos absorben menos grasa». Es decir, mientras que en la cerveza el término «0,0» se supone que se refiere a la bebida con un contenido de alcohol inferior al 0,1% (ya hablamos de ello en un artículo anterior), en el aceite La Masía ese término «0,0» no se refiere a ningún parámetro del producto, sino que es simplemente una marca registrada por la empresa para «tratar de evocar las características del producto en la fritura».

2. Aceite «Acalórico» Ordesa

El segundo producto de nuestra lista es un aceite que se ha puesto de moda a raíz de la famosa dieta Dukan, y que se anuncia de la siguiente forma:

Anuncio del aceite Ordesa en la puerta de una farmacia (la imagen tiene poco color por efecto del sol).
¿Es cierto que apenas tiene calorías? Pues eso parece. Según se puede leer en su página web, este producto «aporta un 90% menos de calorías que otros aceites» (lo que no quiere decir que sea «acalórico», como indica su nombre comercial). ¿Y cómo es eso posible? Pues es posible porque está compuesto por un 10% de aceite de oliva y un 90% de aceite de parafina, un aceite mineral derivado del petróleo, que no es digerido por el organismo. Y es que en realidad este producto no es un alimento, sino un medicamento que se vende sin receta médica y, obviamente, sólo en farmacias. Ahora bien ¿sabe el consumidor qué es lo que está comprando realmente cuando adquiere este aceite? O dicho de otro modo, ¿deja claro la empresa que lo que vende es un medicamento compuesto por aceite de parafina y no un alimento? Esto es fundamental, no sólo por motivos éticos, sino porque la ley que regula la publicidad de los medicamentos de uso humano establece que toda publicidad destinada al público deberá realizarse de manera tal que quede claramente especificado que el producto objeto de publicidad es un medicamento. Además esta ley prohíbe expresamente que se equipare el medicamento a un producto alimenticio. ¿Cumple la publicidad del aceite Ordesa estos dos requisitos? Veamos.

Si nos fijamos en el cartel publicitario anterior, podemos ver que en él se indica lo siguiente: «aceite de parafina» (en la parte superior derecha) y «Lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico» (en la parte inferior izquierda), así que queda claro que se cumple el primero de los requisitos anteriores, aunque desde mi punto de vista, el tamaño y la posición de estos rótulos dejan bastante que desear, ya que podrían pasar fácilmente inadvertidos para muchas personas. A esto hay que sumarle que lo que más claramente se aprecia en el cartel, es la imagen de una aceitera vertiendo aceite sobre una ensalada, lo que podría sugerir al consumidor que lo que se está publicitando es un alimento y no un medicamento. Eso por no mencionar que, en mi opinión, dicha imagen representa una «sutil» equiparación entre este medicamento y el aceite de oliva, que es el líquido amarillento que espera encontrarse uno en una aceitera.

En la página web del producto ocurre algo parecido: se muestra una advertencia que indica que lo que se está anunciando es un medicamento, aunque no es fácil de ver, ya que no aparece en la página de inicio ni en una página principal, sino que hay que buscarla en un submenú. Pero eso no es todo. Navegando por la web, a uno puede darle la impresión de que lo que se está publicitando es un alimento compuesto principalmente por grasas vegetales, en lugar de un medicamento constituido básicamente por aceite de parafina: se muestran recetas elaboradas con este producto, se dedica un apartado a hablar de la dieta y de las bondades de los aceites vegetales y, sobre todo, se muestran frases como la siguiente: «Gracias a su origen vegetal y mineral, el Aceite Acalórico de Ordesa contiene un 90% menos de calorías que otros aceites vegetales«. Como puedes ver, en este texto se da prioridad a la composición vegetal del producto, cuando en realidad solamente contiene un 10% de aceite de oliva. Pero quizá lo más llamativo es que se hace una comparación con «otros aceites vegetales», dando a entender que este producto también lo es (y por lo tanto se equipara a un alimento), cuando en realidad es un medicamento compuesto por un 90% de aceite mineral. Esteo, en mi opinión, incumpliría la Directiva 2006/1147CE sobre publicidad engañosa y publicidad comparativa. La web incumple otras exigencias y recomendaciones que se recogen en la Guía del Sistema Nacional de Salud para la publicidad de medicamentos de uso humano dirigida al público, como por ejemplo: se muestran los datos de contacto del laboratorio (número de teléfono y de fax), no se indica la fecha de última actualización de la web y no se muestra un rótulo azul como el siguiente:


Anuncio del Aceite Acalórico Ordesa para televisión. Como puedes ver, al final del mismo sí se incluye la advertencia de que este producto es un medicamento.


Debes saber que la administración sanitaria controla desde el punto de vista sanitario y en defensa de los consumidores todos los proyectos publicitarios dirigidos al público de los medicamentos sin prescripción en los diferentes medios de comunicación, otorgando un código numérico (Control Previo Sanitario o CPS) a los que considera que cumplen los requisitos. Y esto es precisamente lo que ha considerado acerca de estos proyectos publicitarios, a pesar de las cuestiones que acabamos de comentar… Pero no nos detengamos más en la publicidad y veamos en qué consiste este producto exactamente.

¿Qué es el aceite de parafina?
«Aceite de parafina» es un término genérico que se emplea para describir cualquier mezcla sólida o líquida de hidrocarburos alifáticos saturados y purificados que se obtienen a partir del petróleo. Existen diferentes tipos, que se clasifican en función de su viscosidad, aunque el que nos interesa en este caso es la parafina líquida, que se obtiene por destilación del petróleo y posterior purificación. Se trata de un aceite mineral incoloro, inodoro e insípido, lo que explica que en la composición del aceite Ordesa se incluya un 10% de aceite de oliva, que es el que aporta color, olor y sabor al producto. Una particularidad de la parafina líquida es que no es digerida por el organismo. Por ese motivo se comercializa, desde hace relativamente poco tiempo, como «coadyuvante en dietas de adelgazamiento» (según figura en la publicidad del aceite Ordesa). Sin embargo, este aceite se ha utilizado tradicionalmente como laxante (y aún hoy se comercializa como tal), debido a que pasa a través del tracto intestinal sin ser metabolizado, de manera que actúa como lubricante y reblandece las heces, facilitando así su expulsión. Si nos fijamos en el prospecto del aceite Ordesa, podremos leer lo siguiente: «Indicaciones: Sobrepeso, obesidad, estreñimiento, pereza intestinal. Curas de adelgazamiento en diabéticos, hipertensos, reumáticos, etc. Arteriosclerosis»
¿El consumo de este aceite entraña algún riesgo para la salud?
Lo primero y más importante que debes saber, es que este aceite solamente puede consumirse crudo, como ya se advierte en su prospecto y en su página web, ya que si lo utilizáramos para cocinar, las elevadas temperaturas transformarían algunos de sus compuestos en otros potencialmente tóxicos, además de provocar su volatilización. Entonces, ¿consumido en crudo es seguro para la salud? Hemos mencionado que este producto es un derivado del petróleo, algo que siempre asusta al consumidor, pero se considera que el consumo de este aceite no plantea problemas de toxicidad. Ahora bien, eso no quiere decir que no pueda provocar ciertos efectos adversos que, por cierto, no figuran en el prospecto del aceite Ordesa y que, según las fuentes consultadas, hacen que este producto sea inapropiado para uso regular:

  • Incontinencia anal e irritación y prurito anal.
  • Según algunos estudios, el aceite de parafina puede interferir en la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K) (por eso, en el prospecto del aceite Ordesa se puede leer: «La adición de caroteno, evita los inconvenientes que podría presentar una medicación prolongada a base de parafina, al suministrar vitamina A»). Aunque también hay que señalar que otros estudios consideran que esta afirmación es infundada. 
  • Puede ser absorbida por la pared intestinal, acumulándose en los tejidos y causando granulomas de cuerpo extraño, aunque existe controversia en torno a este último punto.
  • Si entra en los pulmones, puede producir neumonía lipoidea. Por eso se recomienda no administrar a personas propensas a sufrir aspiración pulmonar durante la ingestión, tales como ancianos, inválidos, disfágicos y niños de corta edad.
  • La sobredosificación puede producir diarrea y, por consiguiente, pérdida de electrólitos, calambres, retortijones y debilidad muscular.
  • Uso en mujeres embarazadas o lactantes: la guía de práctica clínica del American Gastroenterological Association Institute sobre la utilización de medicación gastrointestinal durante el embarazo, comenta en relación a los laxantes, que el aceite de parafina se considera perjudicial y no debe ser utilizado. La FDA cataloga este aceite con una categoría de riesgo C, añadiendo que se ha de evitar por riesgo de coagulopatía neonatal y hemorragia. Considera además que en mujeres lactantes es posiblemente no seguro.

Dosis de consumo
Como puedes imaginar, los posibles efectos adversos derivados de este producto dependen directamente de la cantidad y frecuencia de consumo. ¿Qué nos dice el prospecto del aceite Ordesa acerca de la dosis de consumo? Pues lo cierto es que no se especifica ninguna dosis concreta. Lo que se muestra es lo siguiente: «Dosificación: Según criterio facultativo. Una cucharada sopera de aceite contiene 15 g de grasa. Una cucharada de Aceite Acalórico Ordesa contiene 1,5 g de grasa, lo que permite aliñar los alimentos generosamente». Recuerda que este medicamento se vende sin receta, así que es fácil que el criterio facultativo no llegue a oídos del consumidor. Por otra parte, la segunda frase parece incitar al consumo, lo que incumpliría las directrices establecidas en la Guía sobre publicidad de medicamentos que hemos comentado anteriormente. Finalmente resulta, cuanto menos, curioso que en el apartado dedicado a las incompatibilidades se indica lo siguiente: «No se conocen incompatibilidades específicas a las dosis recomendadas», cuando en el prospecto no se establecen recomendaciones de uso, así que ¿qué dosis son esas?

Como seguramente sepas, la parafina se emplea además en la industria alimentaria (por ejemplo, para recubrir la superficie del papel con el que envuelven el fiambre en la charcutería), así que fue evaluada por el Comité Científico de Alimentos (SCF) y por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA). Este último estableció una ingesta diaria admisible (IDA) de 20 mg/kg de peso corporal/día para el aceite de parafina, lo que supone un consumo diario de 1,4 g de aceite para una persona de 70 kg de peso (más o menos la décima parte de una cuchara sopera).

3. Salatrim

El salatrim es un «sucedáneo del aceite» que se utiliza como sustituto de algunas grasas en la elaboración de ciertos alimentos, debido a que su aporte calórico es menor (concretamente, aporta 6 kcal/g frente a las 9 kcal/g de la grasa convencional). ¿En qué consiste exactamente este compuesto? Si sigues habitualmente este blog, sabrás que las grasas y los aceites están constituidos por triglicéridos, que son un tipo de lípido formado por una molécula de glicerol a la que se unen tres ácidos grasos, cada uno de los cuales puede ser diferente (tener enlaces saturados o insaturados, tener diferente longitud, etc.).

En esta imagen se representa la unión del glicerol con tres ácidos grasos (izquierda) para formar un triglicérido (derecha), reacción en la que se liberan tres moléculas de agua. Como puedes ver, los ácidos grasos están formados por una cadena de átomos de cabono que puede tener diferente longitud (en función del número de carbonos) (Fuente). Puedes ver más información aquí.

Pues bien, el salatrim, (acrónimo del inglés short- and long-chain acyl tryglycerid molecule [moléculas aciltrigléridas de cadena corta y larga]) es una familia de triglicéridos formados por moléculas de glicerol unidas a ácidos grasos de cadena larga (es decir, de más de 12 átomos de carbono) y ácidos grasos de cadena corta  (de menos de 6 átomos de carbono).

Estructura simplificada del salatrim, en la que se representa una molécula de glicerol unida a dos ácidos grasos de cadena corta (en las posiciones 1 y 3) y a un ácido graso de cadena larga (en la posición 2). (Fuente)

¿Por qué el salatrim aporta menos calorías que la grasa convencional? Pues básicamente por dos motivos. El primero de ellos es que los ácidos grasos de cadena corta que lo componen (como acético, propiónico y butírico) aportan menos energía que los ácidos grasos de cadena larga que habitualmente forman parte de la grasa convencional. A esto hay que sumarle además que, el ácido graso de cadena larga que forma parte del salatrim (ácido esteárico), es poco absorbido por el intestino.

Este sustituto lipídico fue aprobado por la Comisión Europea en el año 2003 para su uso en panadería y confitería, tras la propuesta formulada por la empresa Danisco, que registró este compuesto bajo el nombre de Benefat. (El salatrim no puede emplearse para frituras, ya que las elevadas temperaturas pueden hidrolizar los triglicéridos, causando entre otras cosas, sabores desgradables). En la normativa se establece que los alimentos elaborados con salatrim deben mostrarse tres advertencias:

  • la primera de ellas, debe decir textualmente: «lípido de contenido energético reducido (salatrim)».
  • además debe incluirse una advertencia en el sentido de que un consumo excesivo puede provocar perturbaciones gastrointestinales. Según se muestra en la normativa: «El Comité científico de la alimentación humana ha constatado que los únicos efectos no deseables del salatrim observados en algunos estudios sobre la tolerancia en el ser humano eran trastornos gastrointestinales en caso de consumo de grandes cantidades (o sea, más de 30 g/día). Estos trastornos debidos a una intolerancia gastrointestinal se remedian por lo general fácilmente dejando de consumir el producto». 
  • por último, el etiquetado contendrá una advertencia en la que se informe de que el producto no está destinado a ser consumido por niños. En la normativa se especifica lo siguiente:  «El Comité científico de la alimentación humana también ha constatado que no hay datos sobre los efectos del consumo de productos alimenticios que contengan salatrim por parte de los niños, ya que no es probable que éstos consuman productos destinados a personas que optan por un régimen hipocalórico para controlar su peso. En consecuencia, conviene introducir una advertencia en el etiquetado que informe al consumidor de que los niños no deben consumir productos que contienen salatrim».

4. Caprenin

Otra estrategia similar a la del salatrim, pero con un resultado menos satisfactorio, es la aplicada en otro sustituto lipídico, el caprenin. Se trata de un tipo de triglicérido derivado de la esterificación del glicerol con ácido cáprico, ácido caprílico y ácido behénico, que lanzó al mercado la empresa Procter & Gamble como simulador de las propiedades del aceite de coco. El ácido behénico es un ácido graso saturado de cadena muy larga (22 carbonos) que es sólo parcialmente absorbido por el organismo, mientras que el cáprico y el caprílico son de cadena media y son absorbidos y metabolizados de forma distinta a la de los ácidos grasos de cadena larga, con lo que el aporte final del caprenin es de solamente unas 4-5 kcal/g. Este compuesto contiene casi un 50% de ácido behénico en su composición, y fue utilizado en un principio como ingrediente de golosinas, y se planteaba su potencial uso para otros productos, como los de panadería. No obstante, el caprenin no tuvo el mismo éxito que el salatrim, y entró en desuso a mediados de la década de 1990, dado que en determinados estudios se pudo comprobar que presentaba un efecto negativo sobre el metabolismo de las lipoproteínas LDL/HDL en humanos.


El caprenin se desarrolló como un sustituto al aceite de coco. (Fuente)

5. Bohenin

Otro compuesto similar a los anteriores es el bohenin, un triglicérido formado por glicerol unido a los ácidos grasos behénico-oleico-behénico que aporta unas 5 kcal/g y que fue desarrollado por la empresa japonesa Fuji Oil. El bohenin fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su uso en la elaboración de chocolate (en una cantidad máxima del 5%), con el fin de evitar la aparición de manchas blanquecinas, aunque en Europa aún no ha sido aprobado.

Las manchas blanquecinas que puedes ver en el chocolate de la derecha, pueden evitarse empleando bohenin en la elaboración. (Hablaremos sobre este asunto en otra ocasión). (Fuente)

6. Olestra

Este sustituto de la grasa sigue una estrategia diferente a la de los tres compuestos anteriores (salatrim, caprenin, bohenin). Se trata de un polímero formado por una molécula de sacarosa unida a cinco o más ácidos grasos de entre 6 y 8 átomos de carbono, de modo que en función de estos, la olestra será sólida o líquida a temperatura ambiente. Las propiedades organolépticas de la olestra (aspecto, olor, sabor, textura), son similares a las de la grasa de los alimentos a la que debe sustituir, pero con la diferencia de que no puede ser hidrolizada por las lipasas gástrica o pancreática (enzimas encargadas de fragmentar los triglicéridos), lo que la convierte en una molécula demasiado grande para ser absorbida por el tracto gastrointestinal. Así, la olestra no puede ser metabolizada y no puede aportar energía, por lo que es una grasa considerada de tipo acalórico.

Animación que representa la molécula de olestra. (Fuente)

El uso de este compuesto, desarrollado por la empresa Procter & Gamble y comercializado bajo el nombre de Oleosan, está permitido en Estados Unidos como sustituto de la grasa en diversos alimentos, como snacks salados, patatas fritas chips, chips de tortilla y galletas saladas. Cabe destacar que, a diferencia de los compuestos que acabamos de mencionar, la olestra es estable a las elevadas temperaturas que se alcanzan durante la fritura.

Las patatas fritas con olestra se comercializaban en Estados Unidos hasta hace unos años. (Fuente)

¿La olestra es segura para la salud? 
Tras realizar diversos trabajos de investigación sobre los aspectos de seguridad relacionados con la olestra, se llegó a la conclusión de que no es tóxica, ni mutagénica, ni carcinógena, ni teratógena, y en definitiva, se considera segura para la salud. Ahora bien, tras los primeros estudios en torno a su seguridad, se llegó a la conclusión de que su consumo podía causar determinados problemas abdominales (como dolores y heces sueltas) y afectar al estado nutricional, al dificultar la absorción de nutrientes liposolubles. Por ello se consideró que los productores de alimentos con olestra debían añadir las vitaminas liposolubles A, D, E y K para evitar carencias y además debían informar de estos problemas en el etiquetado del producto. Sin embargo, a partir de las revisiones científicas que se realizaron posteriormente, la FDA concluyó que el aviso no era necesario, ya que los problemas abdominales se presentaban en raras ocasiones (eso sí, la obligación de añadir vitaminas A, D, E y K sigue vigente). En cualquier caso, el mensaje había calado ya en la población, y la olestra fue en general poco aceptada, por lo que en la actualidad apenas se utiliza.

Antes del año 2003 los productos elaborados con olestra debían mostrar este aviso en su etiquetado: «Este producto contiene olestra. Olestra puede causar dolor abdominal e incontinencia. Olestra inhibe la absorción de algunas vitaminas y otros nutrientes. Se han añadido vitaminas A, D, E y K». (Fuente)





Estos que acabamos de mencionar son quizá los ejemplos más conocidos de sustitutos lipídicos, pero existen otros, como los triglicéridos constituidos por ácidos grasos de cadena media.

Conclusiones

– En el mercado existen algunos aceites que aparentemente no aportan calorías y que pueden llevar a engaño al consumidor, como es el caso del aceite 0,0 (en realidad, aceite de oliva que aporta 9 kcal/g) o del aceite Ordesa (que realmente es un medicamento constituido por un 90% de aceite de parafina y un 10% de aceite de oliva).
– Por otra parte, sí existen algunos sucedáneos de aceites que realmente aportan pocas calorías (en torno a 5-6 kcal/g), como saletrim, caprenin y bohenin, consistentes en triglicéridos unidos a determinados ácidos grasos. Otros, como olestra (compuesto formado por sacarosa y ácidos grasos), incluso no aportan ninguna caloría, al no ser digeribles. Eso sí, hay que tener en cuenta que presentan ciertos inconvenientes lo que hace que su uso sea limitado.

– Finalmente hay que tener presente que, a pesar de la mala fama que tienen los lípidos, se trata de nutrientes imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, así que no debemos evitar su consumo. Es cierto que su densidad calórica es elevada (más que la de carbohidratos y proteínas), pero, como ya mencionamos en un artículo anterior, para prevenir la ganancia de peso en adultos sanos resulta de mayor importancia el control de la ingesta energética total que el de la ingesta de grasas totales. En otras palabras, se puede bajar de peso (o mantenerlo) sin eliminar o reducir los lípidos de la dieta. Lo importante es la dieta en su conjunto (alimentos que la componen, cantidad y frecuencia de consumo), además de otros factores no menos importantes, como la práctica de ejercicio físico y los factores genéticos.
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Desde aquí quiero expresar mi agradecimiento a @_SergioGR, @sther_rubio y @juan_revenga por ponerme sobre la pista del aceite La Masía 0,0.
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Fuentes

http://www.aceiteacalorico.com/
https://www.ordesa.es/productos/ficha/aceite_acalorico_ordesa_medicamento_sin_receta/76
http://www.eldietista.es/pdf/aceite-acalorico-Ordesa.pdf
http://www.murciasalud.es/preevid.php?op=mostrar_pregunta&id=19272&idsec=453
http://www.inchem.org/documents/jecfa/jecmono/v48aje08.htm
http://www.inchem.org/documents/jecfa/jecmono/v35je10.htm
http://www.inchem.org/documents/jecfa/jecmono/v50je04.htm
http://www.drugs.com/cdi/mineral-oil-liquid.html
http://www.sciencedaily.com/releases/2008/11/081124102706.htm
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8606037
http://www.vademecum.es/medicamento-aceite+acalorico+ordesa_prospecto_45744
http://www.aemps.gob.es/legislacion/espana/otrosTemas/docs/publicidad/rcl_1994_2219.pdf
http://www.gustavheess.com/pdf_esp/0125esp.pdf
http://www.gustavheess.com/pdf_esp/0125seg.pdf
http://www.blog.dietetica.eldietista.es/2011/06/aceite-acalorico.html
http://www.eldietista.es/pdf/aceite-acalorico-Ordesa.pdf
http://www.murciasalud.es/preevid.php?op=mostrar_pregunta&id=19272&idsec=453
http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2012/06/28/210618.php
http://www.aemps.gob.es/cima/especialidad.do?metodo=verFichaWordPdf&codigo=64258&formato=pdf&formulario=FICHAS
http://www.lamoncloa.gob.es/nr/rdonlyres/40218cb3-a4c2-4aa8-94d7-9327fc595df4/165682/guiadelsnsdepublicidaddirigidaalpblico.pdf
http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/doc/2704.pdf
http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/doc/1387.pdf
http://www.efsa.europa.eu/en/efsajournal/doc/3073.pdf
http://www.efsa.europa.eu/en/scdocs/doc/1512.pdf
http://www.aesan.msc.es/eu/AESAN/web/notas_prensa/normas_etiquetado.shtml
http://www.inchem.org/documents/jecfa/jecmono/v50je04.htm
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/05/06/cinco-cosas-prohibidas-en-otros-paises-que-comemos-en-espana-119507/
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/enfermedad/2003/03/28/59458.php
http://elpais.com/diario/1996/01/08/sociedad/821055623_850215.html
http://www.fao.org/docrep/013/i1953e/i1953e00.pdf
http://www.institutoflora.com/pdf/Grasas-en-la-Alimentacion-Funcional-Libro-Blanco-Instituto-Flora.pdf
http://www.cspinet.org/olestra/history.html
http://www.fao.org/docrep/w6355e/w6355e0w.htm
http://sci-toys.com/ingredients/salatrim.html
http://milksci.unizar.es/bioquimica/temas/lipidos/vegcomunes.html
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2011:304:0018:0063:ES:PDF
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2003:326:0032:0034:ES:PDF
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2006:376:0021:0027:ES:PDF
http://www.uv.es/marcof/Tema20.pdf
http://www.aditiva-concepts.ch/download/Application%20guide%20new.pdf
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18469235
http://www.fritolay.com/our-snacks/lays.html
http://www.fda.gov/Food/IngredientsPackagingLabeling/GRAS/NoticeInventory/ucm153753.htm
Imagen: http://www.sabor-artesano.com/aceite-oliva-antioxidante.htm

67 comentarios
  • Magnífico artículo, muchas gracias!!!

  • Que buen artículo, interesante todo. Buen trabajo y ánimo!!

  • Información de la buena. Útil y rigurosa, que debe ser difundida, sobre todo en el caso del aceite "0,0" de La Masía y del "medicamento" "acalórico de Ordesa" una verdadera vergüenza.

  • Espero que la OCU denuncie al aceite 0,0, eso es engañar al consumidor se mire por donde se mire, ¡Qué vergüenza!.

    • Miguel A. Lurueña 8 de octubre de 2013 at 00:17

      Yo también espero que las asociaciones de consumidores tomen cartas en el asunto, que para eso están. Aunque este aceite está a la venta desde el pasado mes de abril y nadie parece haber hecho nada al respecto…

      Gracias por tu comentario.
      Saludos

  • No entiendo la respuesta de La Masía, ¿Que 0,0 evoca una fritura con poca grasa???. Yo creo que se refiere al contenido en aceite virgen que, al parecer, es del 0,01%. No sé si es esta característica la que hace que una fritura absorba menos aceite pero, de cualquier modo, tienen que demostrarlo para afirmarlo.
    Una marca registrada no es una patente de corso; esto es como aquella marca de papel de aluminio de los chinos que marcaba bien grande 30m aunque tenía menos de la mitad de metros, y es que, según la empresa, 30m no eran metros sino la referencia del producto.
    Toño

    • Miguel A. Lurueña 9 de octubre de 2013 at 00:16

      Es la propia empresa la que afirma que el "0,0" es simplemente una marca registrada. Es decir, no se refiere a ningún parámetro del producto (ni contenido en aceite de oliva virgen, ni acidez, ni nada de nada). El hecho de que los alimentos fritos con este producto absorban menos aceite, tampoco está directamente relacionado con su contenido en aceite de oliva virgen. ¿Cómo se explica entonces esa denominación 0,0? El ejemplo que pones lo deja bien claro.

      Gracias por tu comentario
      Saludos

  • Realmente disfruto con tus artículos, y me sorprende gratamente la absurda cantidad de Fuentes que enlacas. Chapeau!

  • Me encanta este blog. Me encanta el mundo de la nutrición y aquí puedo aprender tanto que casi no me da tiempo. TRABAJAZO.

  • El aceite 0,0 como tal no exsiste y creo mas bien, es una argucia comercial para engatusar a los de siempre.Los que se creen toda la publicidad y creen que porque sale anunciado en la TV, se supone es verdad(haberlos haylos).
    La cerveza 0,0 tiene su aquel, ya que la 0,0 se refiere a cervezas que en su composición no alcanza el 0,08% de alcohol.Despues estan las "sin" que suelen poner en la contraetiqueta "inferior a 1%" y como se beba uno que no bebe, un par de ellas, ya va con el punto cogido.
    Despues vienen las de baja graduación o "light", que suelen tener entorno a un 3/4% de alcohol o sea la mitad de lo que pueda llevar una cerveza normal.

    • Miguel A. Lurueña 9 de octubre de 2013 at 00:37

      Desde luego, como se dice en el artículo el aceite de oliva sin calorías o sin grasa no existe. Ahora bien, como también se menciona, sí existen algunos sucedáneos de características similares al aceite que se utilizan como sustitutos lipídicos y que no aportan calorías, como la olestra, compuesto constituido por ácidos grasos unidos a moléculas de sacarosa.

      Por otra parte, en un engaño el culpable no es la víctima, sino el estafador. Es decir, que haya personas muy ingenuas, no justifica ni legitima los anuncios engañosos. Precisamente para evitar estas situaciones existen normativas en materia de publicidad, etiquetado, etc. Aunque claro, siempre existen resquicios legales que permiten hacer malabares a ciertas empresas para estafar sin incumplir la ley.

      Por último, ya hablamos anteriormente de la cerveza sin alcohol. Te dejo el enlace por si te interesa: http://www.gominolasdepetroleo.com/2012/10/como-se-hace-la-cerveza-sin-alcohol.html

      Gracias por tu comentario
      ¡Saludos!

  • Para quitarse el sombrero, como de costumbre…

  • la olestra que pinta tiene, que sabor? me dio curiosidad aunque a mi me encante el aceite de oliva

    • Miguel A. Lurueña 9 de octubre de 2013 at 11:12

      No he tenido la ocasión de probarla, pero por lo que he leído tiene un sabor similar al de la grasa. Eso sí, ¿similar al sabor de qué grasa? Pues eso dependerá de cuáles sean los ácidos grasos que se utilicen en su formulación.

      Gracias por tu interés
      Saludos

  • Llevaba tiempo esperando a que escribieras un post sobre el aceite de la masia y como siempre lo has bordado. Descubri este verano la botella y aluciné. Me indigné mucho. Le di muchas vueltas a la botella y vi que hay un asterisco en el 0,0 y en pequeño, muy pequeño, se puede leer que se refiere al contenido de aceite virgen extra. Al ser un aceite de oliva, la mayor parte corresponde a aceite refinado de oliva y una minima parte debe ser aceite de oliva virgen o virgen extra. Esto da para otro post.
    Otro puntazo es el color azul claro presente en la etiqueta y el tapón, que da una imagen de prodcuto light.
    Por cierto, se indica en la etiqueta que hay un estudio avalado por una Universidad de Madrid que corrobora la menor absorcion de aceite en los fritos utilixando ese aceite. Habria q ver ese estudio también.
    Esa misma marca, además de otras, hablan de aceite de oliva intenso y suave confundiendo al consumidor que cree q le hablan de la intensidad del sabor cuando lo que realmente alegan es la intensidad del color. El color del aceite no es indicativo ni del estado ni de la calidad del aceite sino de la variedad de la oliva empleada.
    Otras marcan introducen como parte de la marca 0,4. Por legislación ahora no se puede indicar en la etiqueta la acidez del aceite a no ser que se citen otros parámetros fisicoquímicos como el índice de peróxidos, las ceras y los coeficientes de extinción. El consumidor ya tiene asociado el valor de 0,4 como grados de acidez en aceites refinados asi que lo incorporan como marca.
    El tema del aceite de oliva da para mucho más.
    Que España sea el mayor productor de aceite de oliva y el consumidor no conozca la importsnte diferencia entre un aceite de oliva virgen o virgen extra y el aceite de oliva refinado también da para otro post. Esto también lo ha apropiciado la leguslación comunitaria con sus definiciones.

    De los otros tipos de aceites no tenia ni idea.

    Genial como siempre, y gracias por tantas reseñas bibliográficas. Vamos a tener para muchas discusiones en el curro.

    Por cierto, te he votado para los premios bitácoras como uno de los mejores blogs de ciencia, no podía ser menos con tanto esfuerzo.

    • Miguel A. Lurueña 9 de octubre de 2013 at 12:03

      Muchas gracias Raquel.

      Debo decir que tengo una botella de ese aceite 0,0 en casa (lo que hay que hacer para documentarse…) y en el etiquetado no aparece ese asterisco del que hablas (al menos en la que yo tengo). El único asterisco que figura se refiere a la menor absorción de aceite. Es decir, en ningún lado se explica el sentido de ese 0,0; de ahí que tuviera que preguntar directamente a la empresa, desde donde me dijeron que no es más que una marca registrada. En definitiva, el 0,0 no se refiere al contenido en aceite de oliva virgen extra ni a ningún otro parámetro.

      Desde luego que el aceite da para muchos más artículos. Ya irán llegando…

      Muchas gracias por tu comentario y por tu votación. Me alegro mucho de que te haya gustado el artículo y de que genere debate entre tus compañeros.
      ¡Saludos!

  • Papyrus, yo trato de evitar toda grasa que no sea polinsaturada, especialmente cualquier grasa hidrolizada, por aquello de las grasas trans, hago bien? Ya que comentas que no es buena idea la supresion de grasas en la dieta. No lo hago por adelgazar, de echo realizo ejercicio diario, simplemente por salud y por no meterle caña al cuerpo.

    • En primer lugar, es prácticamente imposible consumir grasas poliinsaturadas sin consumir grasas monoinsaturadas y grasas saturadas, ya que las primeras no se encuentran de forma aislada en los alimentos, sino junto a estas últimas. En segundo lugar, las grasas monoinsaturadas y las grasas saturadas también son necesarias para el organismo, así que no deberíamos excluirlas de la dieta.

      Aquí hablamos sobre todo ello: http://www.gominolasdepetroleo.com/2013/08/mantequilla-vs-margarina-ii-cual-es-mas.html Espero que te sirva de ayuda.

      Por cierto, creo que confundes "grasa hidrolizada" con "grasa hidrogenada" 😉

      Gracias por tu interés y por dejar un comentario.
      ¡Saludos!

  • Genial y muy bien explicado.

  • Un artículo magnífico, como siempre. Estos días de atrás vi un cartel del aceite acalórico de Ordesa en la farmacia de mi barrio y estaba pensando que raro era que no hubieras hablado de ello 😉

  • Espectacular como siempre,
    Lo que más me irrita de estos asuntos es la cantidad de cancha legal y los resquicios que siempre aparecen, da la impresión de que el fraude estará presente pase lo que pase y que la educación es prácticamente la vía que garantiza no ser engañado.

    Por otro lado creo que son campañas que indirectamente ponen a los lípidos en el punto de mira de manera injustificada, además justo ahora que se estaba interiorizando que las grasas no eran malas de por sí.

    ¡Un saludo! Y por supuesto votado en la categoría de ciencia desde hace días 😉

    • Muchas gracias Aitor. Suscribo tus palabras. Es verdaderamente indignante que productos como el aceite 0,0 de La Masía y el aceite Ordesa se comercialicen y publiciten tal y como lo hacen ahora. Por cierto que ayer la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas, defendía a capa y espada el uso y la publicidad del aceite Ordesa en una conversación que mantuvimos en Twitter. Llamativo, a la par que indignante…En fin…

      Ah por cierto, también yo te he votado para los Bitácoras 😉
      Gracias de nuevo
      ¡Saludos!

  • Cocina de emergencia 8 de octubre de 2013 at 09:29

    Uno eso forma de ser, cotilla por naturaleza le gusta probar de todo, pero ya, desde hace unos años salgo pitando de cualquier cosa que ponga el identificativo: light, '0,0', o similares…. para comer sano prefiero la etique 'eco' o 'eusko label' u otros símbolos de calidad.

    http://cocinadeemergencia.blogspot.com

  • Muchísimas gracias por divulgarlo.

  • Buenísimo como siempre.

    Hace unos meses intenté ponerme en contacto con los fabricantes del aceite de Ordesa para resolver algunas dudas (muchas de ellas incómodas) y aún espero sus respuestas.

    Mis felicitaciones.

    Adhara

    • Nada nuevo bajo el sol. Muchas empresas dan la callada por respuesta ante preguntas incómodas (te lo digo por experiencia). En fin, qué se le va a hacer…

      Gracias por tu comentario y por tus felicitaciones.
      ¡Saludos!

  • Gran artículo.
    Mi endocrino me "recetó" aceite acalórico. No más de tres cucharadas al día y nunca usarlo para freir, sólo para aliñar.
    Un día madre no se dió cuenta que aceite cogía y usó el acalórico en vez del normal para cocinar. Se formó una tremenda humareda y olía a demonios.
    El endocrino me lo explicó tal como indicas en el artículo: es parafina refinada con un poco de aceite de oliva para darle sabor y color. No se asimila por el organismo y produce cierto efecto laxante. En realidad no sirve para nada. Sólo para que las dietas hipocalóricas no sean tan aburridas y darles un toque de sabor (más bien poco).
    Eso si, no se puede publicitar como un alimento porque no lo es y además puede producir algunos efectos secundarios (en mi caso, con colon irritable, tuve que dejar de tomarlo)

    • Gracias por tus felicitaciones y por tu testimonio.
      Me parece aberrante que nadie pueda recomendar el consumo de ese aceite con fines dietéticos, aunque es mi opinión personal.

      ¡Saludos!

  • Un artículo realmente magnífico.

    Muchas gracias por la información que nos aportas y por la brillante manera de divulgarla a medida de todos los públicos. Así da gusto seguir aprendiendo 😉

    ¡Felicidades!

    Raquel

  • Beatriz (The Importance of Being an Aliment) 8 de octubre de 2013 at 18:02

    Jolin, lo que he aprendido con este artículo. Muchas felicidades 🙂

  • Es correcto lo que indicas del Aceite bajocalorico de Ordesa, pero el mensaje que se persigue es de estafa y de perjudicial para la salud.
    Como nutricionista, lo recomiendo como complemento al Aceite de Oliva Extra mientras dura la etapa de pérdida de peso, nunca como alternativa a este.

  • ¿qué podrías comentar sobre el aceite de lino?

  • Eres un crack!!! Pedazo entrada (como todas las que te marcas xD)
    Te cuento en plan anécdota graciosa: mi abuela se compra patatas Lays porque no engordan, y cuando mi tío le intenta explicar que Lays es distinto de light le contesta que no la engañe: que aunque no sepa inglés sabe que light es leche… Así que en su última lista de la compra escribió tranchettes lays, y no quería ni tranchettes ni lays. En fin…

    • ¡Muchas gracias! Qué buena tu abuela XDD
      Debería hacer algún día un post con las denominaciones que le dan las abuelas a algunos alimentos. P.ej. biticlás (Bitter Kas), boticao (Bollycao)…XD
      ¡Saludos!

  • Ese aceite de La Masía, podría ser lo que en EE.UU. llaman el 'extra-light olive oil' (ELOO)? Un aceite prácticamente equivalente en cuanto al contenido de grasas pero sin apenas sabor.
    Si es así podría valer perfectamente para la dieta Shangri-La de Seth Roberts.
    Un saludo.
    Antonio

  • felicidades por el blog, gran entrada

  • Sigo este blog desde sus inicios. Aunque entro cada varios meses, cada vez leo todos los artículos que tengo pendientes. Creo que ya es hora de felicitarte por el magnífico y exhaustivo trabajo y dar gracias por explicar de manera tan accesible estos temas.

  • Llevo una temporada leyendo tu blog y la verdad que me parece genial. Además trabajo en la industria alimentaria y he aprendido contigo mucho sobre temas relacionados con mi sector.
    En el aceite de la Masía se habla de la menor absorción de aceite. Varias veces he oido que en la fritura con aceite de oliva la absorción de aceite es menor que con otras grasas. Nunca he sabido si es cierto y la razón. Cuando lo he preguntado me han dicho que al poder freir a mayor temperatura la absorción es menor. ¿Será cierto?

  • Una vez más, ¡bravo! Menuda paciencia, dedicación y rigor aplicas en tus artículos. Ya quisiera yo haber tenido profes que se explicaran así de bien en la carrera… XD

    • Muchas gracias Diego. Eso sí que es un cumplido. También yo tuve muchos profesores malos y mediocres, y tristemente me temo que se debía a su falta de motivación y dedicación, y no a su falta de aptitudes.

      Saludos

  • Yo tengo una enfermedad cardíaca y claro, la actividad física se limita a caminar y poco más, así que hay que cuidar la dieta. Pues bien, en la Seguridad Social me dieron un régimen, y el médico me lo dijo también, en el que aparece el aceite acalórico Ordesa. Y maño, fue ver que tenía parafina y pasar olímpicamente de echar eso en la ensalada.

  • pedazo de articulo y muy bien documentado. Felicidades

  • Un articulo ejemplar. Gracias